Carlos era un piloto argentino derribado durante la guerra de Malvinas. Al regresar a Argentina, daba conferencias sobre su experiencia. Un día, un hombre lo reconoció como el piloto que derribaron y le reveló que él doblaba los paracaídas. Esto llevó a Carlos a reflexionar sobre la importancia del trabajo de cada persona y a agradecer a quienes lo ayudan sin que se los pida. Ahora en sus conferencias les pregunta a los demás quién dobla su paracaídas para recordarles valorar a los que los asisten.