El informe analiza el estado de salud, determinantes y uso de servicios de la población inmigrante en España a partir de las encuestas nacionales de salud de 2006 y 2012, destacando un deterioro en algunos indicadores de salud, especialmente en salud mental y factores de riesgo cardiovascular. Se observa una tendencia hacia un menor uso de servicios de salud, influenciada por el origen económico y características socio-demográficas, mientras que las desigualdades se reducen en algunas áreas de atención, pero persisten en otros. Las políticas activas de empleo y protección social son fundamentales para prevenir el deterioro de la salud de esta población.