Los ERP verticales están diseñados para gestionar procesos específicos de un sector, ofreciendo adaptación, facilidad de uso y costos más bajos, aunque pueden presentar riesgos como la falta de flexibilidad y un número limitado de proveedores. Por otro lado, los ERP horizontales son más flexibles y adaptables a diversas empresas, pero implican un mayor costo y tiempo de implementación. La elección del tipo de ERP dependerá de las necesidades específicas de cada empresa.