El documento explora la concepción del Espíritu Santo a través de varias figuras del protestantismo, destacando su papel en la justificación, santificación y como vínculo con Cristo. Se mencionan también las posiciones de la iglesia católica sobre la acción del Espíritu Santo, así como su interpretación en la filosofía hegeliana. Las distintas tradiciones enfatizan la relación del Espíritu con la palabra y los sacramentos, así como su influencia en la vida de los creyentes.