Este documento discute la evaluación del aprendizaje en el contexto de una sociedad basada en el conocimiento. Sostiene que los modelos tradicionales de evaluación deben cambiar a enfoques más centrados en el estudiante, y que la evaluación debe enfocarse en la formación integral del estudiante más que en la mera adquisición de información. También argumenta que la evaluación debe cumplir funciones como medir el impacto del proceso de enseñanza-aprendizaje y permitir el reconocimiento social de los conocimientos adquiridos.