Los seres humanos comenzaron a llevar registros y archivos a medida que las sociedades se hicieron más complejas, dando origen a las primeras herramientas de cálculo como el ábaco en China en el 4000-3000 a.C. y el sistema de nudos de los incas en el 1300-1500 d.C. A lo largo de los siglos siguientes, inventores continuaron mejorando dispositivos mecánicos para realizar cálculos, culminando en la construcción de la primera máquina calculadora automática, el MARK I, por Howard Aiken en 1937.