Un firewall decide qué servicios pueden acceder desde el exterior de una red privada y qué servicios pueden utilizarse desde la intranet hacia el exterior. Su objetivo principal es proteger una red privada de una red externa no confiable bloqueando el acceso no autorizado y permitiendo solo los puertos y protocolos necesarios. Aunque proporciona gran protección contra ataques, un firewall no puede proteger acciones ilegales internas, conexiones que no pasan por él, o enfrentar completamente los virus.