El documento detalla la creación y manejo del fondo indígena en Bolivia, destacando su origen en demandas de organizaciones indígenas y las trabas que ha enfrentado desde su implementación en 2005, incluyendo recortes presupuestarios y corrupción. Se menciona que a pesar de los 200 millones de dólares acumulados, el fondo ha sido mal administrado y utilizado para fines ajenos a la producción indígena, lo que ha generado descontento entre las organizaciones indígenas. El texto concluye con un llamado a la creación de un nuevo fondo indígena, libre de corrupción y mal manejo.