La recreación en la niñez es fundamental para el desarrollo físico, cognitivo, social y emocional de los niños, proporcionando beneficios como el fortalecimiento físico y la mejora de habilidades sociales. A través de diversas actividades recreativas, los niños desarrollan su autoestima, aprenden a colaborar y socializarse, y experimentan un crecimiento significativo en su autoconcepto y control emocional. La calidad de estas experiencias depende del contexto y del papel de adultos, padres y educadores en su unidad de participación.