La crisis de los años treinta comenzó con el Crack de la Bolsa de Nueva York en 1929 e inauguró una década de profunda recesión económica y desempleo masivo que afectó a Estados Unidos y al resto del mundo. La crisis se debió a factores como la sobreproducción, la especulación, la inflación crediticia y la dependencia de las economías extranjeras respecto a Estados Unidos. El crac marcó el inicio de la Gran Depresión y puso en entredicho el modelo económico liberal.