El Impuesto a los Depósitos en Efectivo (IDE) afecta negativamente a las pequeñas empresas del sector agropecuario de las siguientes maneras: 1) les causa restringir su liquidez y optar por pagar directamente a proveedores, en lugar de usar depósitos bancarios; 2) les obliga a contratar contadores para realizar deducciones y declaraciones, lo que genera cargas administrativas que no pueden asumir fácilmente; 3) esto las pone en desventaja competitiva respecto a empresas de otros países.