El Inca era el soberano del imperio Inca que se extendió por el occidente de Sudamérica entre los siglos XIII y XVI. Gobernaba de manera absoluta sobre el Tahuantinsuyo y sus súbditos consideraban que descendía de Manco Cápac, héroe fundador de la civilización inca. El cargo del Inca no era hereditario sino elegido mediante pruebas rigurosas ante los dioses para demostrar sus aptitudes físicas y morales.