El documento describe cómo el Internet puede ayudar a los estudiantes. Ofrece varios ejemplos como el correo electrónico, chats y bibliotecas virtuales que permiten a los estudiantes comunicarse y acceder a recursos educativos. Sin embargo, advierte que el Internet no debe sustituir el trabajo del profesor ni fomentar la falta de creatividad. Concluye que depende de cada persona utilizar estas herramientas de forma provechosa o no.