El documento discute cómo la globalización ha creado ámbitos de acción deslocalizados que escapan del control territorial del Estado. La separación del tiempo y el espacio debido a avances tecnológicos permitió la coordinación de acciones a distancia y la creación de sistemas expertos como el sistema financiero. Esto generó espacios como el económico que operan bajo condiciones deslocalizadas, más allá del alcance normativo tradicional del Estado. La globalización obliga así a repensar algunos instrumentos conceptuales y funciones del Estado.