Los discos compactos fueron introducidos en 1980 como alternativa a los discos de vinilo y casetes, y en 1984 se extendió su uso para almacenar datos con el disco CD-ROM. Desde entonces, los discos compactos han cambiado la forma en que escuchamos música y almacenamos datos, con una capacidad que va aumentando para satisfacer las necesidades de los usuarios. Los discos compactos se han convertido en el sistema más utilizado para el almacenamiento y transporte personal de datos, reemplazando a los disquetes.