El documento discute la falta de enjuiciamiento de criminales de guerra españoles en comparación con criminales de otros países. Señala que si los criminales hubieran sido españoles, no habrían sido detenidos o juzgados, y posiblemente se les habrían dedicado parques y mausoleos. También critica la presencia continua de símbolos franquistas en España a pesar de las condenas internacionales del franquismo.