El kung fu, originario de la filosofía budista en el año 527, se introdujo en Perú durante la migración china y ganó popularidad en los años 60. Este arte marcial destaca por su combinación de lucha, meditación y ética, abarcando diversos estilos y técnicas que son enseñadas por maestros especializados. En la actualidad, el primer monje shaolín latinoamericano, Walter Zuazo, promueve el kung fu en Sudamérica, resaltando su importancia cultural y sus principios filosóficos.