El documento discute la naturaleza de la comunión con Dios y entre los creyentes. Explica que la comunión con Dios existe solo a través de Jesucristo y que al estar en comunión con Dios, también estamos en comunión unos con otros. Sin embargo, no debe haber comunión con aquellos que practican el pecado o enseñan doctrinas erróneas. La verdadera comunión requiere esfuerzo para predicar y defender la verdad y condenar el error, basándose únicamente en las palabras de Dios.