El documento presenta tres personas de la Trinidad - Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo - y ofrece evidencia bíblica de que cada uno es una persona distinta pero que las tres son un solo Dios. Se mencionan varios pasajes donde las tres personas aparecen simultáneamente, como en el bautismo de Jesús y en la revelación a Juan. Aunque distintas, las tres personas comparten la misma esencia divina y propósito.