El documento resume el pasaje bíblico del tercer domingo de Adviento sobre Juan el Bautista. Juan no se considera a sí mismo el Mesías, Elías o el Profeta, sino que es testigo que da testimonio de la luz y cuyo propósito es preparar el camino para el Señor. Juan bautiza con agua a la gente mientras esperan al que vendrá después de él, a quien Juan no es digno de desatar la correa de su sandalia.