El padre llevó a su hijo a una granja humilde para que apreciara lo afortunados que eran. Al regresar, el hijo le dijo que aunque los campesinos tenían menos cosas materiales, disfrutaban de tiempo en familia, a diferencia de su propia familia donde sus padres trabajaban todo el tiempo. El hijo enseñó al padre que la verdadera riqueza es el tiempo juntos, no las posesiones.