El documento argumenta que es imposible lograr una revolución educativa sin integrar herramientas tecnológicas en las aulas de las escuelas dominicanas. Explica que la tecnología se ha vuelto parte integral de la vida de las personas y puede mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje si se usa para permitir la participación activa de los estudiantes, la interacción entre maestros y estudiantes, y la conexión con el mundo real. Concluye que el gobierno dominicano debe implementar políticas para integrar
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