El padre recibe la libreta de calificaciones de su hijo Juan, en la que solo tiene seises y sietes. El padre se enoja y castiga físicamente a Juan. Más tarde, su esposa le entrega otra libreta en la que Juan había calificado al padre por el tiempo que le dedica, obteniendo también seises y sietes. Arrepentido, el padre abraza a su hijo comprendiendo que no le había dedicado suficiente tiempo.