Este documento enfatiza la importancia de meditar en la Palabra de Dios día y noche para alcanzar la prosperidad. Citando varios salmos de David, explica cómo David meditaba profundamente en las promesas de Dios, imaginando su futuro protegido y bendecido por Dios a pesar de cualquier crisis. También enfatiza que nuestra boca refleja lo que hay en nuestro corazón, por lo que debemos hablar palabras que edifiquen y declaren las promesas de Dios.