El conejo Juan vivía en un campo y le gustaba comer zanahorias de su huerta. Un día comió demasiadas zanahorias y se durmió la siesta. Mientras dormía, dos zanahorias hablaban y planeaban irse a Fresilandia. Juan luego conoció a una coneja llamada Sara y se hicieron amigos. Sara invitó a Juan a visitar a sus abuelos en Conejolandia, donde celebrarían una fiesta. Al final, Juan y Sara se casaron y ya no comieron más zanahorias.