Este documento discute la manipulación de la palabra de Dios a través de los tiempos y cómo se ha cambiado el orden de las cosas que pertenecen al pueblo de Israel. Argumenta que Dios se reveló a sí mismo como "YO SOY" a Moisés y que las cuatro letras con las que se le representa deben entenderse como un apelativo y no un nombre propio. Finalmente, enfatiza la importancia de creer en Moisés y cumplir los mandamientos de Dios para entrar a la vida.