El Mar Aral, uno de los lagos más grandes del mundo, sufrió una drástica reducción de su tamaño debido a la desviación de ríos por parte de la Unión Soviética para cultivar algodón, lo que lo convirtió en una de las mayores catástrofes ecológicas del siglo XX. Su salinidad aumentó drásticamente, y el área ahora presenta embarcaciones abandonadas en un desierto. Además, se evidencia la contaminación en una antigua base de armas biológicas ubicada en una isla del Mar Aral.