La imagen corporativa es fundamental para el posicionamiento de una organización. Incluye elementos tangibles como el nombre, logotipo y sitio web, así como intangibles como los valores y cultura de la empresa. Dos ejemplos de buena gestión de imagen son Apple, que transmite lujo, innovación y facilidad de uso, y Coca-Cola, que se posiciona por calidad y valores de alegría y compartir. Una imagen corporativa clara y consistente facilita que los clientes potenciales confíen en la empresa antes de probar sus productos o servicios.