El documento presenta una reflexión sobre el ciudadano productor como un nuevo agente económico que transforma sus capacidades y recursos en valor social y económico, fomentando la confianza entre individuos y la civilidad. Se enfatiza el crecimiento exponencial de plataformas distribuidas frente a las centralizadas, destacando la importancia de la conectividad y la colaboración en la economía actual. Además, se analiza cómo la producción entre ciudadanos puede crear oportunidades sociales al generar valor superior al capturado.