Los monitores LCD se han convertido en la norma debido a su alta calidad de imagen, bajo consumo de energía y menor daño ocular en comparación con los monitores CRT. Sin embargo, los LCD tienen algunas desventajas como ángulos de visión limitados, contraste más bajo, tiempos de respuesta más lentos y mayor fragilidad. Algunos problemas comunes en los LCD incluyen píxeles muertos, líneas horizontales/verticales y fallas relacionadas con la presión excesiva en la pantalla.