La propuesta de reforma constitucional en Venezuela es considerada moralmente inaceptable por los católicos por tres razones: 1) introduce cambios radicales que transforman al país en un estado socialista contrario a los principios de la constitución actual y una concepción correcta de la persona y el estado; 2) excluye y restringe libertades de quienes no estén de acuerdo con el estado socialista; y 3) vulnera derechos fundamentales poniendo en peligro la libertad y convivencia social, lo que va en contra de la doctrina social de la iglesia.