Este poema describe un encuentro sexual extremadamente sensual y dominante, en el que el autor promete tocar y poseer el cuerpo de la otra persona sin su consentimiento, dejándola agotada, sudorosa y gemiendo o llorando. El autor dice que la llevará a la cama y la dejará sin aliento, y que cuando termine se irá sin despedirse, aunque volverá algún día.