Los fármacos neurolépticos, también conocidos como antipsicóticos, son utilizados para tratar trastornos como la esquizofrenia, psicosis y depresión, y se clasifican en típicos y atípicos según su mecanismo de acción y estructura química. Tienen efectos secundarios significativos, incluyendo síntomas extrapiramidales y sedación, y su uso puede complicar la anestesia. Los fármacos más utilizados incluyen clorpromazina, haloperidol, risperidona y quetiapina, cada uno con características específicas de absorción, metabolismo y eficacia.