El documento contrasta cómo las personas dedican más tiempo, atención y esfuerzo a actividades seculares como el deporte y el entretenimiento que a las actividades religiosas como asistir a la iglesia o leer la Biblia. Señala varias formas en que las personas encuentran más fácil participar en eventos seculares que religiosos y cuestiona por qué cuestionamos menos lo que dicen los medios seculares que lo que dice la Biblia. Finalmente, anima a las personas a compartir el mensaje con otros para bendecirlos.