En 1944, Hitler ordenó al gobernador de París, Dietrich von Choltitz, volar los principales edificios históricos de la ciudad cuando los aliados se acercaran, incluyendo La Concordia, Los Inválidos, El Louvre, Notre Dame, La Ópera y El Arco del Triunfo. Sin embargo, von Choltitz se negó a cumplir la orden y rindió la ciudad a los aliados, salvando los monumentos emblemáticos de París.