La planificación y los planes de clase son fundamentales para la educación espírita infantil y juvenil. Un buen plan de clase incluye objetivos generales y específicos, contenidos apropiados para la edad de los estudiantes, recursos y actividades para lograr los objetivos, y formas de evaluar el aprendizaje. La planificación debe ser organizada, continua y gradual, enfocándose en las necesidades de los estudiantes.
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