El consumo excesivo de alcohol a largo plazo puede causar daños en varios sistemas del cuerpo como úlceras estomacales, pancreatitis crónica, cirrosis hepática y lesiones en el sistema nervioso. Los síntomas graves de abstinencia incluyen delirium tremens que puede ser mortal. El consumo moderado de alcohol durante el embarazo también puede causar daños en el feto como retrasos en el desarrollo físico y mental.