El coltán, un mineral fundamental en la tecnología moderna, se extrae en el Congo, donde su riqueza ha llevado a la explotación y la violencia, resultando en la muerte de millones desde 1996. A pesar de su potencial para beneficiar al país, el coltán se ha convertido en una maldición debido a la guerra y el control corporativo, involucrando a numerosas empresas occidentales en su extracción. El informe de la ONU sugiere sanciones contra las compañías involucradas en el saqueo de este recurso valioso.