Este pasaje bíblico invita a las personas a buscar a Dios mientras aún pueden encontrarlo y a llamarlo mientras está cerca. Aconseja que los impíos abandonen sus malos caminos y pensamientos pecaminosos, arrepintiéndose y volviéndose a Dios, quien los perdonará. Advierte que los pensamientos y caminos de Dios son diferentes a los de los humanos.