El Coliseo Romano fue construido en el siglo I d.C. en Roma como el anfiteatro más grande del Imperio Romano. Se utilizaba para espectáculos públicos como peleas de gladiadores y caza de animales que entretenían a 50,000 espectadores. A lo largo de la historia sufrió daños, pero también fue fortificado y utilizado como iglesia antes de ser consagrado como monumento en el siglo XVIII.