El arte gótico se desarrolló en Europa durante la Edad Media, surgiendo primero en el norte de Francia en el siglo XII. Se caracteriza por la construcción de grandes catedrales llenas de luz, lograda a través del uso de vitrales y bóvedas de crucería, que permitieron elevar las estructuras y acercar a los fieles a los valores religiosos de la época a través de la luz. La escultura y pintura góticas también evolucionaron para cumplir funciones decorativas y evangelizadoras.