La escritura surgió hace miles de años en Mesopotamia y se desarrolló en varias civilizaciones antiguas. Los primeros libros fueron tablillas de arcilla y luego papiro y pergamino. Las bibliotecas nacieron en los templos mesopotámicos para almacenar información. La imprenta revolucionó la producción de libros. Juntos, la escritura, los libros, las bibliotecas y la imprenta han permitido preservar y difundir el conocimiento a lo largo de la historia.