Este documento habla sobre las buenas prácticas para asegurar la colaboración virtual efectiva, como establecer una etiqueta clara y escoger las herramientas tecnológicas adecuadas. También menciona algunos beneficios de la colaboración virtual como ahorrar tiempo y costos, y reducir la huella ecológica. Además, recuerda que la tecnología no reemplaza la interacción en persona y que el trabajo en equipo no se sacrifica al colaborar de forma remota.