Es fundamental mantener un equilibrio entre el medio ambiente, el desarrollo económico y la sociedad para evitar desequilibrios que afectan a los ecosistemas y a las poblaciones vulnerables. La influencia del ser humano sobre el ecosistema determina el bienestar de diversas especies y la calidad de vida de las personas. El comportamiento económico y social condiciona tanto el medio ambiente como la adaptación y desarrollo de la sociedad en su conjunto.