El documento destaca el uso cotidiano de la inteligencia artificial, incluyendo asistentes virtuales y sistemas de recomendación, y su consideración como un avance positivo que mejora la eficiencia y personalización del aprendizaje. Se subraya la importancia de abordar los riesgos asociados, como la privacidad y la posible pérdida de empleos. Además, se menciona cómo la IA ha optimizado la enseñanza universitaria al permitir adaptaciones en las clases y proporcionar retroalimentación instantánea a los estudiantes.