Este documento describe cómo Moisés intercedió ante Dios para restaurar Su presencia con el pueblo de Israel después de su rebelión. Moisés le pidió a Dios que guiara a Israel, que Su presencia los acompañara y que le mostrara Su gloria. Aunque Dios no permitió que Moisés viera Su rostro, le mostró Su gloria pasando frente a él. Esto restauró la relación de Dios con Su pueblo y les permitió continuar Su viaje hacia la tierra prometida.