Un desastre climático severo afectó una región montañosa, dejando 34,000 damnificados, viviendas y puentes destruidos. Líderes comunitarios y alcaldes se reunieron con expertos y funcionarios para discutir soluciones. Los expertos advirtieron que estos desastres podrían volver a ocurrir y sugirieron reubicar algunas zonas, pero los pobladores se opusieron porque los terrenos son lo único que tienen y son fértiles para cultivos.