El documento aborda la necesidad de que las instituciones de educación superior asuman un rol más activo en la solución de problemas sociales, económicos y culturales en sus comunidades. Se destacan barreras internas que limitan la innovación y se propone investigar estrategias que fomenten prácticas inclusivas, estructuras de incentivos y ambientes saludables. El objetivo es identificar y adaptar innovaciones sociales efectivas para potenciar el impacto positivo de estas instituciones en la sociedad.