Los recursos administrativos surgen como un mecanismo para que los particulares puedan impugnar actos administrativos ante la propia administración. Existen dos tipos principales de recursos: el recurso jerárquico, que permite apelar ante el superior jerárquico del autor del acto; y el recurso de revisión, que sólo se aplica en casos excepcionales como cuando aparecen nuevas pruebas o se demuestra soborno. Los recursos administrativos garantizan la protección de los derechos de los ciudadanos frente a la administración.