El incendio en la refinería de Pemex en Salina Cruz, Oaxaca, ha causado un desastre ecológico considerable, visible por la contaminación de aguas y tierras debido a la lluvia negra resultante. Las autoridades ambientales han sido acusadas de desatender la situación, y los pescadores y habitantes locales, afectados gravemente, consideran demandar a Pemex por los estragos económicos y ambientales. Hasta la fecha, Pemex ha ofrecido empleo temporal a los afectados, pero sin materiales adecuados para las labores de limpieza necesarias.